jueves, 30 de enero de 2014

Profundizar y abarcar

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En Andújar el tema de la Virgen de la Cabeza, como fiesta, como concepto, desde el punto de vista de la ciudad, anda agarrotado, con la mirada acortada por las anteojeras de un "esto es lo que hay" pero a lo que también se le han desprendido demasiados pétalos. Y por supuesto, adherido férreamente a todo lo concerniente a la Morenita, a su fiesta y a esa devoción que hemos particularizado a nuestros entenderes, están, por un lado, los apasionamientos blindados, y por otro una falta de aire fresco, de innovación, de sumas con excelencia.
En muchos aspectos y vértices de ese poliedro que siendo tan maravillosos y multicolor, tan rico, como es la devoción, la Romería y el contexto de la Virgen de la Cabeza, empobrecemos y ramplonizamos, focalizando una mirada muy localista. Claro que hablamos de algo grande, de algo que merece su declaración de fiesta internacional, que lo es in péctore, con una raigambre, historia, cultura y etnografía en general de mucha hondura. Una devoción extendida a múltiples geografías y con cofradías seculares que a su vez dan marchamo de largueza y justificación a cualquier argumento en favor de los reconocimientos debidos de esta fiesta.
En Andújar uno habla, no sé, de que en tal barrio hay una necesidad, o que tal persona ha sido nombrada con un alto cargo nacional (por decir dos cosas a vuela pluma) y no tiene el impacto, ni el eco, ni los comentarios, ni la agitación, que tiene cualquier cuestión en torno a la Morenita, por nimia o banal que sea. Por cualquier tema trivial en torno a la Virgen de la Cabeza nos movilizamos en las redes sociales, hacemos comentarios, compartimos ideas o las criticamos. Pero creo que nos falta, además, y recalco lo de además, profundizar, deslindar lo fútil de lo importante, y alcanzar más altas cotas, dar peso específico a ciertos contenidos, abrir horizontes.
Si es tan grande, hay que actuar de un modo grande. Y no hablo sólo de cuestiones económicas, sino de una actitud que debe de ser contagiosa a niveles estructurales, institucionales, comunicativos, relacionales. ¿Estamos en Andújar a nivel de desarrollo, de cotas altas de convocatoria, continuidad de altura a lo largo de todo el año, en, esa respetuosa comunicación que lleva a consensos y a proyectos comunes sabiendo el papel de cada cual, en, ..., cultura, etnografía, artesanía, arte,..., haciendo todo lo que esta gran fiesta se merece? Lo digo, porque creo que es mi obligación desde esta humilde tribuna, donde intento deliberar y conversar, para expresar que necesitamos reflexionar un poco y pensar con luz larga, si es que queremos lo nuestro, en este caso a La Morenita y toda la amplitud de su contexto.
Pero es que además Andújar es mucho más y no podemos quedarnos solo ofuscados en los perfiles de la Virgen de la Cabeza, hablo social y ciudadanamente. Todo necesita su espacio, todo, sus intensidades y su momentos de perspectiva. Hay cuestiones que relegamos y que son muy importantes para el proporcional y debido progreso. Andújar tiene señas de identidad muy importantes que olvidamos o relegamos con frecuencia y que deben de conformar nuestro marco de identidad. Si no, seguiremos cojeando.

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