sábado, 14 de junio de 2014

«¿Cómo reinsertar a quien nunca estuvo inserto?»



Fray Andrés González, trinitario, llegó a Málaga hace unos meses para unirse a la comunidad de trinitarios que sirve en La Palma-Palmilla y hacerse cargo de la capellanía del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre. El próximo domingo celebran la Santísima Trinidad.
-Fray Andrés lleva usted unos meses en la Diócesis de Málaga, como capellán del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre, ¿es posible la reinserción del preso?
-Es posible. Todos podemos cambiar siempre. Como cristianos, además, es nuestra esperanza. Pero la cuestión es: quien nunca estuvo inserto, ¿cómo puede reinsertarse? La sociedad a veces es muy dura con la gente que está en la cárcel y son muchas las personas que llegan a la cárcel tras una vida muy dura. La reinserción es posible y yo conozco a muchas personas que lo han conseguido. Me da mucha alegría ver que, después de muchos años, han encauzado su vida. Pero también es cierto que son muchos los que vuelven a la cárcel, hasta diez veces.
-La congregación trinitaria tiene como carisma servir en las cárceles, ¿qué os mueve a permanecer en un lugar tan duro?
-Yo creo que son dos motivos. En primer lugar, el sentido de humanidad, el ver que muchos han llegado a la cárcel porque la vida los ha llevado hasta allí. Por otra parte, Jesús nos lo dice muy claro: “estuve en la cárcel y me vinisteis a visitar”. Se trata de la visita de la preocupación, de la comprensión y de ir con los brazos abiertos. Lo que más nos anima a seguir es el testimonio de los propios presos. En más de una ocasión nos han dicho: “no nos dejen pues nos traen aire fresco, libertad, esperanza e ilusión. A veces uno se desanima, sobre todo cuando ve los “fracasos”, pero si cedemos ante lo difícil no seríamos fieles al Evangelio. Si Jesús hubiera tirado la toalla, no estaríamos aquí, creyendo en la esperanza.
-Entre sus proyectos como capellán...
Trabajar más en el tema de la prevención, ya lo hemos hablado con el delegado de Pastoral Penitenciaria. Cuesta menos, en tiempo, dinero y trabajo, prevenir a cincuenta jóvenes que sacar a uno de la cárcel.
Fuente: DIÓCESIS DE MALAGA

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