lunes, 9 de noviembre de 2015

Adiós a nuestro hermano Paco Ariza.


El pasado viernes por la tarde fallecía, tras una larga enfermedad, nuestro hermano Paco Ariza. Muchos de nosotros ya estábamos en Sierra Morena o en camino con motivo de la Convivencia anual. La noticia, no menos dolorosa por probable o esperada, llegó a media tarde. Como no podía ser de otra forma, el Secretario por mandato del Presidente comunicó la noticia y convocó a todos los hermanos de la Junta de Gobierno para velar su cuerpo y que la Hermandad asistiera corporativamente a las exequias y Misa de funeral por el eterno descanso del alma de nuestro querido hermano, que ofició el padre Antonio Elverfeldt, director Espiritual de la Hermandad.  

Nuestro último adiós a Paco Ariza, un gran hermano que siempre supo estar cerca de su Morenita, La Virgen de la Cabeza. Nuestra Hermandad desea dedicar estas palabras para dejar constancia de la huella que él dejó en nosotros, porque hemos tenido la gran suerte de poder tenerle en "las andas" de nuestro proceder y en el hueco que hoy deja en nuestros corazones. La convivencia de estos días servirá, más si cabe, para recordar todos los momentos vividos con esta gran persona, hermano, amigo y parte de nosotros. Que La Virgen de La Cabeza lo tenga bajo su protección y amparo por y para siempre. Descansa en paz. Nunca olvidaremos que una inmensa persona como Paco formó parte de nuestra Hermandad. 
¡Hasta siempre, hermano!

Una vez más, nuestro hermano Miguel Castillo, haciéndose eco del sentir, emoción y dolor de todos, compuso estos versos:

¡Silencio¡
que hoy la mar está dormida,
y las olas lloran junto a la arena,
la brisa quieta reposa,
sin más consuelo ni llanto.

Tarde de muerte dolida,
que llora el adiós y la pena,
aire de luz y de rosas,
silencio que calla mi canto.

Echarte de menos me mata,
saber que no habrá más mañanas,
las lágrimas desunen y atan,
tu adiós es el sombra que gana.
Saber que tú fuiste mi hermano
es tesoro que siempre tendré.

Que La Virgen te tenga en su manto,
que en su sierra te cubra de jaras,
y te brinde un remanso de paz.

Va por ti, hoy mi verso y mi canto,
va por ti, mis lágrimas calladas
que hoy me saben a muerte y a sal.

¡Silencio¡ ¡Silencio!
que la mar está dormida,
las olas lloran junto a la arena,
la brisa quieta reposa,
sin más consuelo ni llanto.

A Francisco Ariza
(nuestro Paco de la costa)
Málaga, 7 de noviembre de 2015.
Miguel Castillo


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