Alfredo Ybarra
Francisco Javier Oliver, pregonero
para un nuevo tiempo.
No sólo yo, sino que la opinión es unánime en los ámbitos de los observatorios iliturgitanos e igualmente entre los que surcamos las aguas ahora procelosas de los argumentos romeros. No podía haber sido mejor la elección del pregonero de la Romería de la Virgen de la Cabeza de 2016. Era un nombre que, hace ya bastante tiempo, sonaba insistentemente. Francisco Javier Oliver Molina lleva desde hace ya veinticinco años, desde el primer año que trasmitió Canal Sur Televisión la Romería, viviendo y transmitiendo emociones. Nacido en Villacarrillo, la Virgen de la Cabeza era un eco que vibraba en el día a día de su casa. Lo que su tío, Lorenzo Molina, alter ego de la vocación periodística tanto de Francisco Javier, como de sus hermanos, redundaba desde su periodo profesional en Andújar, donde tanto se implicó en los pálpitos ciudadanos. Ya en tiempos más juveniles, Francisco Javier Oliver se impregnó de pleno en la vida iliturgitana y romera, lo que se encareció en su etapa profesional en Radio Andújar. Por otro lado, es un conocedor profundo, como buen periodista, de todo el contexto de la devoción y fiesta de la Virgen de la Cabeza, que sé que ama medularmente y lo ha expresado de diferentes maneras y en distintas circunstancias y lugares. De definida bonhomía, entrañable, afectuoso, cercano. Profesional de cabo a rabo vislumbra el verdadero sentido de las cosas y por tanto sabe cernir lo esencial en el mundo tan multiforme de la piedad popular de la Virgen de la Cabeza. Ha pregonado y hablado siempre hondamente y limpiamente de la historia, la actualidad, de la gente, de la fe, y el periodismo en torno a la Virgen de la Cabeza. Y sabe expresarlo con su voz rotunda como nadie. Siente el romerismo y la auténtica fibra de la andujanía. Por eso magnífica la elección del Ayuntamiento y concretamente del alcalde, Francisco Huertas. Se ha hecho justicia ya que merecía este nombramiento hace bastantes años. Igualmente en su persona se reconoce la labor que hace Canal Sur abriendo una ventana al mundo con la fiesta abrileña de la Morenita y a la par, como ha pasado con otros pregoneros periodistas, se valora el papel tan importante de los medios de comunicación en este evento universal.
Es momento de alegría y felicitación, de un nuevo tiempo en torno a la Romería, que ha de volver sin las urgencias, que desafectos profieren -midiendo con tranquilidad, examinando los últimos derroteros- a unas pautas, y tener un reseteo en su contexto ecuánime en cuanto a roles. La devoción a la Virgen de la Cabeza fundamentada en el sentido es un anímico abrazo anclado a una historia donde caben muchas caras de un mismo poliedro (lo que es la piedad popular); y donde, ahora sobra la exacerbación y el dislate. Como humilde escudero en esas transmisiones romeras de de Canal Sur, puedo dar fe de la altura humanadevota y profesional de Francisco Javier Oliver. Su presencia está ya indefectiblemente unida al domingo de Romería en sus momentos más apasionantes. Como pregonero que fui, y conocedor de la historia del anuncio de esta universal expresión religiosa, festiva y mariana, y por lo que conozco al pregonero de 2016, puedo ya desde ahora atestiguar que su pregón va a ser categórico, conmovedor, repleto de mensaje subrayado en cuanto al horizonte romero.
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